No desespera, sabe que existe

Sus labios, un yacimiento
de permanente sonrisa,
mi voluntad es sumisa
ante tal atrevimiento.

Su vida, sus dos verdades:
con desbordante pasión
goza de su profesión
y cuida a sus amistades.

Mujer de gustos sencillos
e incorruptibles valores,
son femeninos albores
que me regalan sus brillos.

Ropajes de cobre y oro
enaltecen su belleza,
arraigada con firmeza
como la bravura al toro.

Disfrutando cada día
de los placeres pequeños,
sin decaer sus empeños
por conquistar la armonía.

Su corazón está triste,
pero tras años de espera
por amor no desespera
pues ella sabe que existe.

Rosa de varios colores