Me llaman idealista

Mucha gente me llama idealista 
por mis ojos meter en el tintero, 
dejar al corazón llorar primero 
y darle voz con precisión versista.

Por la palabra soy firme activista
que gusta de tus besos en enero
y de tu compañía el año entero, 
conjunto que no perderé de vista. 

Cuando la acción letal de la distancia 
vierte en mi lengua su sabor amargo, 
deja de ser una cuestión tabú. 

Y hallo en tu compañía la sustancia
innata que me aleja del letargo 
en el que vivo si me faltas tú. 

Un libro abrazando a una mujer