Blanca dama

¡Oh blanca dama!, toda tú nobleza
eres. Trabajas sin mostrar hartura,
das a los enemigos sepultura
mostrando al mundo tu letal destreza.

Reina postrada, adoras la limpieza,
buscas cualquier atisbo de negrura
que velozmente tornas en blancura
devolviendo a la prenda su belleza.

En tu cárcel malvives, desterrada
  quedas en los dominios del olvido.
¡Sumergidla en la fresca luz del día! 

Mereces ser por todos venerada,
  ¡devolvedle, por fin, su honor perdido!,
  ¡ponedle un trono en vuestra galería!

Una lavadora