Un lienzo de todos los colores

Lanzando comentarios rompedores
dividirte desean en dos partes,
haciendo gala de nefastas artes
más propias de imposibles soñadores.

Querida madre mía, ¡no, no llores!,
que dispones de férreos baluartes
dispuestos a fundir sus estandartes
en un lienzo de todos los colores.

Cantando me dirijo a defenderte,
fielmente acompañado de mi pluma,
sin el más leve signo de congoja.

¡Madre, me niego a no volver a verte!,
es pensarlo y mis venas dan espuma,
siempre será tu amor el que yo escoja.

mano con dedo gordo hacia arriba