de permanente sonrisa,
mi voluntad es sumisa
ante tal atrevimiento.
con desbordante pasión
goza de su profesión
y cuida a sus amistades.
e incorruptibles valores,
son femeninos albores
que me regalan sus brillos.
enaltecen su belleza,
arraigada con firmeza
como la bravura al toro.
de los placeres pequeños,
sin decaer sus empeños
por conquistar la armonía.
pero tras años de espera
por amor no desespera
pues ella sabe que existe.
