el libre pensamiento yace herido,
de su dolor emerge un alarido
audible desde toda autonomía.
la libertad ansiaba haber destruido,
¡pobre infeliz!, pensó que lo construido
en siglos ni un segundo duraría.
el respeto regrese por sus fueros
y amplíe sus dominios en la Tierra.
y el fanatismo quede sin "razones"
para volver a proclamar la guerra.

